jueves, 20 de abril de 2023

El protón que acabó en el núcleo exterior de la Tierra

Ser un protón de un átomo de hierro en el interior del núcleo externo del planeta en el que me ha tocado vivir, al que sus habitantes denominan Tierra, es una tarea fácil tras todos los cambios que he sufrido en mi incomensurable vida.

Ahora vivo con otros 25 hermanos protones, 30 amigos neutrones y 26 conocidos electrones que no dejan de dar vueltas alrededor del núcleo del átomo que compartimos. Al formar parte del núcleo externo de la tierra, ayudo a generar, junto a mis compañeros y otros millones de átomos de hierro y níquel, el campo magnético de este planeta. Los únicos movimientos que me molestan de vez en cuando son los de la tectónica de placas, aunque para mí son un minúsculo ruido de fondo ya que se producen miles de kilómetros por encima de dónde me encuentro.

Vivo en un medio líquido, mezclado con otros átomos de hierro y níquel, en una temperatura bastante estable que supera los 6.000º C. Para mí eso no es nada, he sobrevivido a temperaturas muchísimo mayores, pero agradezco esta aparente calma tras el último choque de fuerzas que me tocó vivir hace aproximadamente 4.000 millones de años.

¿Qué cuantas veces he tenido que vivir una situación así? Muchas, la verdad es que muchas, ya que llevo 13.800 millones de años sufriendo los designios de cuatro fuerzas diferentes: la de la gravedad, la nuclear fuerte, la nuclear débil y la electromagnética. Para mí, esas cuatro fuerzas siempre han estado ahí y son las que me han llevado a dónde estoy en este preciso momento.

¿Qué cuál es el choque que tanto me molestó por última vez? El que recibió el planeta en el que ahora resido por parte de otro gran cuerpo. La verdad es que lo esperábamos todos, no te creas que la información no nos llega a todos los protones dentro del núcleo terrestre. Nos vamos comunicando entre sí, desde los protones que forman átomos que están más al exterior del planeta hasta nosotros que estamos bastante más adentro, aunque no somos los más alejados, a decir verdad.

Por eso digo, todos sabíamos que un cuerpo iba a impactar, lo que no teníamos tan claro es cuándo iba a ocurrir exactamente. Y cuando ocurrió… caos, como las otras veces anteriores. Ahora sé que los fragmentos producidos por ese cuerpo que impactó acabaron creando el satélite que acompaña al planeta en el que estamos, pero en esos momentos lo único que sentí junto a mis hermanos fue el choque y como se movió todo tras ello. Nos movimos de lugar y tuvimos que hacer nuevas amistades cuando se calmó todo, también aparecieron nuevos átomos que antes no estaban aquí: unos de otras partes más exteriores de nuestro planeta y otros, incluso, del material que chocó contra nosotros. En fin, una experiencia para nada agradable. El choque fue tan fuerte que hasta cambió la inclinación de la Tierra. Que no es que a mí me importe precisamente, porque al estar dentro de un átomo tan estable no me fijó en esas cosas, pero fueron las noticias que nos acabaron llegando cuando todo se volvió a estabilizar.

Antes de eso ya habíamos vivido mis hermanos y yo otros procesos de así. De hecho, llevábamos aproximadamente 500 millones de años formando parte de este planeta y dando lugar a lo que fue la configuración antes del choque que ya os he contado. Como elemento denso, nos agrupamos en el interior de la Tierra con nuestros acompañantes, otros átomos de hierro y níquel, en la masa incandescente semilíquida que éramos al principio. Al estar tan cerca de nuestra estrella, el Sol, las altas temperaturas y el viento solar ya habían barrido los elementos gaseosos formados por átomos mucho menos pesados que el mío. El resultado fue residir en un planeta rocoso, organizado según la densidad de sus átomos, en dónde la superficie comenzó a solidificarse y el interior del que yo formó parte, permaneció líquido, aunque fue enfriándose poco a poco respecto de la enorme temperatura inicial.

¿Que qué viví antes de la formación de este planeta? Tengo que tirar la memoria muy atrás, si soy sincero. Llevábamos muchos años orbitando alrededor del Sol. Agrupados junto a otros elementos en una esfera incandescente que recibía golpes de otras partes. Creo que nuestro átomo de hierro también fue una de esas partes, uno de esos cuerpos que formaban parte del disco de acreción del Sistema Solar y que acabó bombardeando el material que terminó formando la Tierra. Sé que, con el tiempo, ese bombardeo paró a medida que la masa que formábamos fue barriendo y absorbiendo todos los cuerpos que había en nuestra órbita.

¿Antes de ser expulsado por el disco de acreción del Sistema Solar? Uff, eso pasó aproximadamente hace 4.600 millones de años. Recuerdo que durante mucho tiempo observé como a lo lejos se formaba el Sol, llevábamos bastante rato siendo una nube de gas y polvo fruto de la última explosión de la estrella de la que formábamos parte. Si, ya llegaré a eso, no te preocupes. El caso es que vi la formación del Sol, durante muchos años se agrupó la masa con mayor densidad y eso originó esa bola caliente que aún hoy nos vislumbra. La verdad es que hasta que la fuerza de la gravedad nos catapultó a este planeta fue un período muy apacible, casi el más apacible que había tenido en muchísimos años.

Antes de eso, como te digo, formaba parte de una estrella. No era la primera vez. Las explosiones de estrella primero nos acercan al resto de átomos que la forman y luego nos catapultan miles de kilómetros sembrando el espacio de gas y polvo. Una vez ocurre esto, la gravedad vuelve a actuar condensando la materia de la que formamos parte.

¿Qué cuantas veces he formado parte de una estrella? Pues varias, ya te digo que esa no era mi primera vez. No sé si fue esa vez o la anterior, pero en uno de esos ciclos que sufrí en el que el polvo estelar se contrae por la fuerza de la gravedad, crea una estrella y luego acaba explotando mil millones de años más tarde... en uno de esos, me convertí en un protón de este átomo de hierro. Antes de eso era un protón de un átomo de silicio y antes de eso uno de oxígeno. De hecho, hace miles de millones de años era un protón solitario de un átomo de hidrógeno, pero ya llegaremos allí.

La sucesión de átomos por la que he ido formando parte a medida que he compartido mi espacio con otros protones, neutrones y electrones ha sido de hidrógeno a helio, de helio a carbono, de carbono a neón, de neón a oxígeno, de oxígeno a silicio y de silicio, al fin, a hierro. ¿Qué como ha ocurrido todo ese proceso? Pues como te decía, en uno de esos ciclos de formación de estrella, explosión y luego polvo antes de volver a formarse otra estrella, la fusión termonuclear que se produce dentro de cada estrella es la que permite juntarnos con otros átomos para formar nuevos y, como consecuencia, se liberan grandes cantidades de energía. Es esta fusión la que permite ir creando átomos más pesados y solo las estrellas con suficiente energía pueden formar átomos más pesados como en el que ahora me encuentro a partir de átomos menos complejos.

En definitiva, esos millones de años antes de formar parte de la Tierra y antes de formar parte del disco acreción del Sistema Solar, me los pasé en una sucesión de ciclos estelares y fui juntándome a los distintos protones con lo que ahora formo una familia en mi átomo. Para acabar siendo un protón en un átomo de hierro, necesité estar en una estrella con muchísima energía termonuclear para poder formar un átomo tan pesado junto a otros protones que formaban parte de otro átomo de silicio. No recuerdo si fue en esa misma estrella o en otra anterior cuando los hermanos que llevan más tiempo conmigo formamos ese átomo de silicio con ayuda de otro de oxígeno. Ni tampoco mi paso por el átomo de neón desde que fui un protón de carbono.

Lo que sí que recuerdo, sin ninguna duda, fue el tiempo que pasé con otro protón en un átomo de helio tras la primera explosión estelar que sufrimos. Habíamos formado parte de esa estrella mucho tiempo, ambos como átomos de hidrógeno, solitarios, con un solo electrón acompañándonos y dando vueltas alrededor de nosotros. Formábamos parte de una estrella agrupada con muchas otras, eso a lo que denominan galaxia. Y llevábamos así lo que se dice, toda una vida, agrupándonos cada vez más en una zona más densa de la estrella. Recuerdo como la fusión termonuclear nos juntó a ambos, durante un momento los electrones que formaban parte de nuestro átomo se separaron de nosotros y nos unimos junto a dos protones, formando un núcleo de helio, en lo que después se unieron otros dos electrones discordantes. También recuerdo como compartimos todo ese tiempo a solas los dos hasta que nuestra estrella explotó, nos expulsó en ese enorme campo de polvo y muchos años después nos juntó con otra pareja solitaria formando un átomo de carbono en una nueva estrella.

¿Qué cómo fue mi vida antes, siendo un átomo de hidrógeno? Pues solitaria, tenía un compañero electrón que daba vueltas alrededor de mí, repeliéndonos mutuamente. Aunque reconozco que me reconfortaba, llevaba 380.000 años siendo un protón en un núcleo de hidrógeno, cargado positivamente, soportando temperaturas demasiados altas y sin poder juntarme con nadie en un plasma revuelto y portando fuerza electromagnética sin darle ningún uso. La unión con ese electrón una vez bajo la temperatura del medio que nos rodeaba nos hizo tener carga neutra. Tras eso, vi como la luz de los fotones que había interaccionado con nosotros durante tantos años viajaba lejos, al fin libre. Lo interpreté como una señal. Sin duda me alegro de que ocurriera.

¿Y antes de eso? Antes de formar ese plasma con el resto de compañeros electrones, protones y neutrones nada, antes de eso ocurrí. La verdad es que no recuerdo nada más, siento no poder serte de más ayuda.

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