jueves, 20 de abril de 2023

Efectos de la Luna en la Tierra y su relación con los ciclos de Milankovitch

Es importante saber que la vida en la Tierra no podría haber sucedido sin la llegada de la Luna. Aún no se sabe exactamente cómo acabó nuestro satélite en la órbita de nuestro planeta, aunque la teoría más aceptada es que otro ente rocoso del tamaño de Marte chocó con él cuando aún se estaba formando hace aproximadamente unos 4.500 millones de años y los fragmentos de ese choque se juntaron a medida que rotaba la Tierra y formaron lo que es la Luna hoy en día.

Lo que sí sabemos es que cada año nuestro satélite se aleja alrededor de 4 cm de nosotros debido a que la Tierra rota ligeramente más rápido que la órbita lunar. Además, los distintos efectos que causa la Luna en la Tierra no pueden ser despreciados. Los principales son:

- Orquestación de las mareas: la atracción gravitatoria de la Luna hace que se forme un abultamiento en los océanos en la parte que se encuentra más cercana del planeta y otro en el lado opuesto. Cuando la Tierra rota, la parte de nuestro planeta que se ve afectada por la atracción lunar cambia y esto provoca el cambio de las mareas siguiendo un ciclo de aproximadamente 12 horas. La Luna está a la distancia perfecta, puesto que si estuviera más cerca la fuerza que ejercería sobre los océanos del planeta sería mayor y las mareas altas podrían hacer desaparecer las ciudades costeras.

- El origen de la vida terrestre: el choque que se produjo entre la Tierra y el ente rocoso que formó la Luna cambió la química básica de nuestro planeta, formando el caldo de la vida con hidrógeno, nitrógeno y carbono. Unos 700 millones de años tras aquel impactó, la Tierra se enfrió formando una superficie rocosa y el vapor de agua se condensó en los océanos. El empuje de estas mareas primitivas provocado por la Luna junto al calor producido por la luz del Sol fue la causa inicial de la vida al crear las primeras moléculas orgánicas a partir de los elementos químicos naturales.

- Rotación de la Tierra: nuestro planeta rota cada 24 horas, pero hace millones de años la Tierra giraba tan rápido que un día duraba solo 5 horas. La Luna desde su formación y durante miles de millones de años actuó como freno por medio de la fuerza gravitacional y ralentizó la rotación de la Tierra. De esta forma, el ritmo de nuestro planeta ha sido marcado por nuestro satélite y, como consecuencia, la rotación de la Luna se ha acelerado y se produce alejamiento de casi 4 cm por año que comentábamos antes. En un plazo de miles de millones de años, la Tierra girará más lentamente y, como consecuencia, los días serán mucho más largos.

- Inclinación de la Tierra: la Luna estabiliza la inclinación de la Tierra sobre su eje y, por tanto, estabiliza también el clima que se da en la Tierra. Desde la colisión que creó la Luna, el eje de la Tierra ha estado inclinado girando en un ángulo constante entre 21.6 y 24.5 grados. Esta inclinación que tiene la Tierra afecta a la distribución de la energía solar e influye en el avance o la retirada de glaciaciones, es decir, permite las variaciones de la luz del Sol, las estaciones y la estabilidad del clima y como consecuencia directa permite que se produzca el ciclo de la vida. Sin la Luna, la inclinación de la Tierra podría haber variado hasta 85 grados, provocando grandes oscilaciones climáticas. Cuando la Luna se aleje dentro de miles de millones de años, el eje terrestre se desestabilizará y comenzará a oscilar, provocando movimientos irregulares en el planeta. Esto volverá a la Tierra inhabitable tal y como la conocemos ahora, por eso la Luna es un elemento fundamental para mantener la vida en la Tierra.

Acabamos de comentar que uno de los efectos que ha producido la Luna es la estabilización de la inclinación de la Tierra sobre su eje y que esto, como consecuencia, afecta a la distribución de la energía solar y tiene que ver con las estaciones y la estabilidad del clima. Este es, precisamente, uno de los tres parámetros que marcan los ciclos de Milankovitch.

Lo explicamos: los ciclos de Milankovitch se basan en que las variaciones orbitales son las causantes de los períodos glaciares e interglaciares que se han producido en la Tierra a lo largo de miles de años. Además, según Milankovicth, el clima cambia según tres parámetros básicos que modifican los movimientos del planeta:

1. Excentricidad de la órbita de la Tierra: la excentricidad varía entre sus valores extremos cada 100.000 años y esta variación puede suponer entre un 1% y un 11% de diferencia en la cantidad de radiación solar que recibe la Tierra entre el afelio y el perihelio.

 

2. Oblicuidad: cambios en el ángulo del eje de rotación de la Tierra estando en órbita alrededor del Sol. La inclinación oscila entre 21.6 y 24.5 grados cada 40.000 años. Aunque no cambia la cantidad de radiación que recibe la Tierra, si varía su distribución sobre la superficie.

3. Precesión: cambio en la orientación del eje de la rotación terrestre. Va en sentido contrario a la rotación y tiene una frecuencia entre 19.000 y 23.000 años. Su efecto sobre el clima es consecuencia de la modificación de la posición relativa de los solsticios y equinoccios respecto al afelio y al perihelio.

 

Además, se ha demostrado que la distancia entre la Tierra y la Luna está directamente relacionada con la frecuencia en el ciclo de precesión y, por tanto, el período de precesión de la Tierra habría sido más corto en el pasado cuando la Luna se encontraba más cerca.

Podemos decir, entonces, que la relación entre la Luna y los ciclos de Milankovitch está completamente demostrada.

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