En la mente… ¿hay algo más que las palabras?

Cuando pensamos, muchos seres humanos lo hacemos a través de palabras. Las palabras que nos vienen a la mente pertenecen a nuestro lenguaje y el lenguaje no es otra cosa que un conjunto de símbolos que, juntados de cierta manera, caracterizan a una cosa u otra de nuestro día a día.

Por lo general, los lenguajes están formados por palabras, pero no siempre es así. Por ejemplo, hay algunas personas sordas que no entienden el lenguaje que nosotros conocemos y, al pensar, lo hacen con imágenes o con la lengua de signos que usan diariamente

Del mismo modo, a mí me es muy complicado pensar en algo sin usar palabras, pero conozco a gente de mi alrededor que piensa en imágenes. En esos casos, algunos de sus estímulos les llegan a la mente través de una figura y luego, si piensan en ella, les aparece también la palabra.

Al final, cada persona es un mundo y ninguna persona piensa igual que otra. Hay personas que al oír u oler algo les llega la imagen del elemento que produce el sonido o de la cosa que produce ese olor. Creo que, si hemos evolucionado para usar las palabras al trasmitir la mayoría de nuestras ideas, es porque la palabra que caracteriza a cada objeto es una convención universal que conocemos todo, ya que cada persona puede tener una imagen asociada distinta a ese objeto que la del resto.

¿Esto quiere que no podemos transmitir ideas sin palabras? Pues depende. Para una persona que lleva tantos años usando las palabras para comunicar lo que piensa, puede parecer una pregunta trampa porque de primeras no sabes muy bien que contestar, ¿pero los niños que aún no saben hablar no transmiten a sus padres lo que quiere decir sin palabras? Las personas sordas que no pueden o no saber hablar y las personas mudas, ¿no transmiten sus ideas al resto sin palabras? Si has gritado de más en un concierto o tienes una infección grave en la garganta y no puedes decir nada en unos días, ¿no transmites a las personas que te rodean lo que quieres esos días sin palabras? Ya sea por una forma característica de llorar o de ser en los niños, por signos que indican lo que quieres decir (asociados a una lengua o sueltos de manera puntual) o por otros medios, los seres humanos nos adaptamos para transmitir lo que queremos decir en cada momento tanto usando las palabras como sin llegar a usarlas.

Por eso, aunque nos hayamos adaptado para transmitir lo que queremos decir de la forma más rápida a través del lenguaje, esto no nos impide adaptarnos de nuevo cuando ese medio no está a nuestro alcance y usar las habilidades o herramientas que tenemos a mano para hacernos entender al resto.