domingo, 3 de diciembre de 2023

Los asteriscos en los alimentos funcionales

Un alimento funcional es un alimento procesado que contiene ingredientes que desempeñan una función específica en las funciones fisiológicas del organismo humano, más allá de su contenido nutricional (FOSHU).

En algunos de estos alimentos se utiliza un plan de marketing llamado “estrategia del asterisco”. Esta estrategia consiste en publicitar el alimento de una determinada manera en la cara principal de su envase y añadir un asterisco que matiza esta propiedad atrayente en otra cara secundaria. De esta forma, los clientes solo se fijan en lo que dicen la cara principal y no suelen ir a comprobar cuál es la correspondiente matización.

En esta entrada vamos a ver dos ejemplos de alimentos funcionales que han utilizado esta estrategia. Todas las fotos se han obtenido en una visita al Mercadona.

Ejemplo 1. Yogur con L. Casei

En este yogur observamos la estrategia del asterisco bastante fácilmente. En la cara principal del producto aparece la frase “Ayuda al SISTEMA INMUNITARIO*” tanto en español como en portugués en la parte izquierda.

 

Los elementos más atrayentes, aparte de esta frase, son las palabras L. Casei, 0% 0% y vitamina B6. Así que, en primera instancia, no sabemos qué de todo esto ayuda al sistema inmunitario. Además, si nos fijamos, en uno de los 0% aparece un segundo asterisco (0% azúcares añadidos**).

Si vamos a la parte de atrás del producto, vemos lo siguiente:

  

A simple vista no está claro dónde está ninguno de los dos asteriscos que matiza lo dicho en la cara principal, pero si nos fijamos en la parte inferior derecha encontramos escrito lo siguiente (foto ampliada de la anterior foto):

 

Por lo tanto, está bastante claro que es la vitamina B6 la que ayuda al sistema inmunitario y no el L. Casei que aparece en la carátula principal. Además, vemos que si hay azúcares (los presentes de forma natural en el producto). Por último, vemos un tercer asterisco en esta parte: se recomienda el consumo de una unidad al día que (junto a bla bla bla) aporta un 15% del Valor de Referencia del Nutriente***.

Si ahora ampliamos la información nutricional del producto vemos esto:


Es decir, la vitamina B6 aparece exactamente en un 15% del producto, el mínimo exacto para poder publicitar alguno de sus beneficios (la mejora del sistema inmunitario) en el envase de un alimento.

Ejemplo 2. Leche con Omega 3

El segundo ejemplo es este cartón de leche Puleva con Omega 3. Lo interesante no es solo que aparezca un asterisco tras la frase “Corazón sano*”, sino la ingente cantidad de tiempo que he necesitado para entender que se pasaba de un asterisco a un paréntesis antes de encontrar dónde estaba exactamente la explicación para esta frase. El envase de esta leche no es un Escape Room, pero la verdad es que un poco sí que se parece. 

 

Si vamos primero a uno de los lados de este producto, vemos otra frase con un asterisco (o bueno, un número), “Y poder darte un extra de salud (1)”.


Por suerte, este número (1) se resuelve un poco más abajo en el lateral:


Aunque se ve un poco borroso, se entiende lo que pone: “(1) La leche es fuente de calcio. El calcio es necesario para el mantenimiento normal de los huesos”.

Vamos a hacer un poco spoiler para terminar esta parte, pero en el lateral del envase aparece la información nutricional y podemos observar que, exactamente, hay 120 mg de calcio por 100 ml de producto, es decir, un 15% del valor de referencia de los nutrientes.


Ahora, si pasamos a la parte de atrás del envase, volvemos a ver la frase “Corazón sano*” y más adelante observamos como la explicación del asterisco pasa a convertirse en un número (2):

 

 Más de cerca para verlo bien:

 

Recapitulando tenemos: un asterisco en la cara principal, un número (1) en una cara y su posible explicación (a priori) y un asterisco que se convierte en un (2) en la parte trasera del envase. Tras todo esto, esperamos que la solución a tal terrible rompecabezas aparezca en el lateral que nos falta. En este lateral vemos lo siguiente:


En resumen: mucho texto. De hecho, en la parte de arriba a la derecha de este lateral, volvemos a ver el (2) sobre el dichoso corazón sano.

Si observamos justo lo que hay debajo de la información nutricional, después del doble asterisco de los valores de referencia de nutrientes, encontramos al fin la explicación para el asterisco (el número (2) tras la conversión):

 

 Bueno, hemos encontrado la solución al misterio, otra cosa es que la entendamos. Vamos, que esto sigue pareciendo el trivial porque, salvo que tengas conocimientos químicos, no se sabe qué significa DHA + EPA. Buscando un poco en Google llegamos a que DHA es Acido Docosahexaenoico (un tipo de ácido graso Omega 3) y EPA es Ácido Eicosapentaenoico (otro tipo de ácido graso Omega 3).

Si seguimos buscando, vemos que tanto el DHA como el EPA son dos ácidos grasos polinsaturados, así que suponemos que pertenecen al 0,3 gramos de grasas polinsaturadas en 100 ml de leche que aparece en la información nutricional del producto.

 

En realidad, la cantidad de DHA + EPA viene justo debajo de esta información nutricional y es exactamente de 0,055g por 100 ml (55 mg).

Si me preguntáis, demasiado tiempo intentando entender el envase para los 55mg por 100ml que contiene la leche ya que, si quisiéramos tomarnos todos los días la ingesta recomendada (250 mg), tendríamos que tomarnos 455ml de leche. Eso sí, la publicidad se admite porque contiene exactamente el 22% de la ingesta diaria para obtener el beneficio (tener el corazón sano).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué medio de transporte es mejor en una ciudad grande como Madrid?

Un año más he sobrevivido a los contenidos de las asignaturas del Máster en Cultura Científica de la UPNA. He entregado todas las tareas (au...