jueves, 8 de junio de 2023

El movimiento de los instrumentos a la hora de hacer historia de la ciencia

Los instrumentos científicos tienen como uso principal servir como apoyo a la hora de probar y contrastar diversas teorías. En algunos campos, como la medicina, el uso de ciertos instrumentos como los cardiógrafos (que registran los movimientos del corazón), los esfigmógrafos (que registran el pulso) o los neumógrafos (que miden los movimientos respiratorios) pasaron de los laboratorios a servir como elementos que registraban de forma más precisa ciertas características fisiológicas de los pacientes y que ayudaron a los médicos a la hora de recetar diagnósticos al no tener que recurrir a la mera observación de los síntomas. En otras palabras, los instrumentos médicos proporcionaron una serie de datos precisos de las personas con las que se utilizaban y que permitían determinar más fácilmente si el paciente estaba enfermo o sano.

Otro de los papeles que tuvieron estos instrumentos en la medicina fue corroborar que no todas las personas poseían los mismos registros en reposo, sino que las características del medio y la situación en la que estuvieran también afectaba a las distintas medidas. De este modo, la “normalidad” en los datos europea no era la misma que la “normalidad” en los datos de los mexicanos. Poder romper esa barrera de anormalidad entre los distintos individuos fue muy importante en la ciencia latinoamericana.

Cabe preguntarse entonces si el movimiento que hubo de estos instrumentos de Europa hacía América Latina tuvo algo que ver con la historia de la ciencia. Parece claro que sí, si pensamos en el caso de la medicina, pero también fue influyente este movimiento en otros muchos aspectos de la sociedad en general.

Una de las características que tuvo esta compraventa de objetos científicos de una parte a otra del océano fue que fue realizada por diversos actores. Por un lado, varias instituciones científicas o museológicas pidieron el trasvase de estos instrumentos a Europa al no contar con la tecnología suficiente para realizarlos por su cuenta. Por otro, personas individuales también participaron en el trasvase de estos objetos, atesorándolos en diversas colecciones privadas. Además, muchos intentaron copiarlos o hacer versiones propias de ellos, en un afán por conseguir prototipos funcionales que estuvieran relacionados con su cultura y no con la ajena que se encontraba más allá del gran charco.

Puede decirse, entonces, que los instrumentos también sirven para realizar historia de la ciencia. No solo referido al movimiento físico que se produce al transportarlos de unos lugares a otros, sino por el seguimiento de los conceptos y las ideas que conllevan y cómo estas van evolucionando y transformándose al llegar a la nueva cultura. Estas formas de consumir los instrumentos muestran por un lado las generalidades y las leyes del conocimiento, al usar los mismos instrumentos para los mismos fines, pero también las adaptaciones locales que se producen en cada zona en la que llegan.

Así, referido al caso de la circulación del conocimiento entre Europa y América Latina, por un lado, juegan los intereses económicos y monetarios del viejo continente y, por otro, aparece la necesidad de los latinoamericanos por reafirmarse como diferentes, pero también como individuos dentro de la ciencia moderna y que poseen el mismo tipo de civilización que en Europa. Los instrumentos, así, juegan un papel tanto universal como de ideal nacional y queda demostrado, sin ninguna duda, que son también referentes y necesarios a la hora de hacer y estudiar historia de la ciencia.

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