La pérdida de la biodiversidad alrededor del mundo es debida principalmente a la actividad humana, ya sea de forma directa o indirecta. Las principales amenazas de la biodiversidad son la contaminación, el cambio climático, la sobreexplotación de poblaciones y creación de urbanizaciones, la introducción de especies exóticas invasoras y la conversión de los ecosistemas naturales a sistemas productivos. En este último punto entran tanto la desforestación de ciertas zonas para convertirlas en campos agrícolas o ganaderos, como la explotación de los recursos naturales que hay en ellas.
En esta entrada vamos a centrarnos en una de estas amenazas: la introducción de especies exóticas invasoras a los ecosistemas.
Especie exótica invasora
Según la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, una especie exótica invasora es aquella que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética.
Hay 199 especies exóticas invasoras en el catálogo español, la mayoría de ellas (84 especies) relacionadas con la flora o las algas. A continuación puede verse un cuadro resumen del número de especie por grupo taxonómico:
Vamos a ver dos ejemplos de especies invasoras que se han dado en Madrid, que es el lugar en donde resido.
Ejemplo 1. Cotorra argentina
Se han realizado varios estudios para identificar las vías de entrada de esta especie en el campus de Moncloa, teniendo como principal hipótesis su introducción desde la Casa de Campo al ser el principal núcleo reproductor de la especie en Madrid. También se han realizado diversas estrategias de prevención y control para reducir la población.
Los principales problemas que se han producido por la introducción de esta especie han sido las interferencias con la flora y fauna local, así como las molestias para los vecinos que conviven con ellas.
Ejemplo 2. Oruga procesionaria
La oruga procesionaria del pino es otro ejemplo de especie invasora en España que ha proliferado en diversos bosques y parques. Anidan en estos árboles y luego bajan para enterrarse en la arena que hay debajo de ellos. Debido a que son una especie con pelos altamente urticantes, los animales que se las comen o los niños pequeños que juegan con ellas pueden salir muy mal parados. Además, y debido al cambio climático, la bajada de la oruga procesionaria de los pinos se ha adelantado debido a las suaves temperaturas que se han dado en invierno durante los últimos años.
Otra consecuencia en la pérdida de biodiversidad que producen estos animales es que, si afectan a los mismos pinares año tras año, los árboles afectados no tienen tiempo para recuperarse, se debilitan y acaban muriendo.
Para el control de estas plagas de orugas se utilizan medios físicos como la eliminación de bolsones, medios biológicos como las trampas de feromonas y medios químicos como la fumigación con insecticidas, aunque el mejor control sería el propio equilibrio de la naturaleza si esta no estuviera siendo alterada, ya que este tipo de orugas cuenta con multitud de depredadores como pájaros, hormigas, avispas o murciélagos. También se recomienda en los distintos planes de reforestación no repoblar con pinos sensibles a esta plaga como el pino laricio o los pinos exóticos.
Conclusiones
Las especies invasoras son peligrosas porque desplazan a las especies autóctonas de los hábitats en los que se introducen. Estos hábitats han evolucionado de forma que las especies han alcanzado un equilibrio relacionándose unas con otras y, al introducir una especie “extraña”, se puede alterar gravemente este equilibrio medioambiental. La forma en que las especies invasoras llegan a un ecosistema puede ser accidental, debida al comercio o a la caza, a la pesca o a la industria textil.
Se calcula que un tercio de las especies en Europa están en peligro crítico de extinción por esta amenaza, que, además, es la segunda causa de extinción de especies en todo el mundo. Por si no fuera poco el impacto ecológico, este problema cuesta a los europeos unos 12,5 billones de euros al año.
Biografía
https://docta.ucm.es/entities/publication/93cab8d2-c515-4a78-ada4-092581896edb
https://diario.madrid.es/cieacasadecampo/que-hacemos-con-las-cotorras/
https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/procesonaria-lo-que-necesitas-saber
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