Los principales parámetros musicales

La música esta formada por la combinación entre la melodía, el ritmo y la armonía. Cada una de estas partes es un parámetro musical, cuya principal característica es que se puede medir y manejar. Las diferentes dosis y proporciones entre melodía, ritmo y armonía generan los distintos tipos de música y definen los diferentes estilos musicales.

A continuación, va a estudiarse cada uno de estos parámetros musicales más en profundidad.

A. Melodía

Es la sucesión de sonidos ordenados con una intencionalidad expresiva. En el discurso musical, representa su parte horizontal.

La melodía es elemento más reconocible de la música y está relacionada con el nivel afectivo-sentimental de los seres humanos. Es la parte con la que más nos identificamos y la que nos despierta las distintas sensaciones que nos genera la música.

La intensidad, el timbre y los silencios/reposos de las notas constituyen la melodía. Esta debe abarcar tres aspectos distintos:

1. La relación existente entre la sucesión de los sonidos que la conforman y la organización y distribución de esos sonidos.
2. La ordenación del ritmo y la duración de cada uno de los sonidos.
3. El sustento armónico sobre el que se construye.

Existen dos tipos de melodía: melodía tonal y melodía atonal. En la melodía tonal los sonidos están organizados en torno a una nota básica o centro tonal sobre la cual el resto de las notas de la escala giran y se agrupan. En la melodía atonal, sin embargo, no existe un centro tonal definido, sino que todos los sonidos tienen el mismo peso. En este tipo de melodía, la línea melódica se rige por la cantidad de intervalos que presenta, por las tensiones-relajaciones de las notas, relaciones numéricas, organizaciones creadas exnovo o por distintas series de sonidos.

La melodía tonal es característica de la música anterior al siglo XX y la melodía atonal de la posterior a este siglo.

Un último concepto relacionado con la melodía es el punto culminante melódico, que suele ser el sonido más agudo de la melodía y que generalmente solo es abordado en una única ocasión en el transcurso de la misma.

B. Ritmo

Es la ordenación en el tiempo que da sentido a la sucesión de los sonidos horizontales y los acordes. En el discurso musical, representa su parte transversal.

El ritmo es la capa base de la música, su elemento más primigenio, y está relacionada con el nivel biológico e instintivo de los seres humanos. Tiene como origen las percusiones sonoras con objetos del día a día, así como los ritos sagrados más primitivos.

La teoría del ritmo estudia las diferentes relaciones entre los sonidos según su duración. El ritmo es la ordenación del movimiento y depende de la acentuación (secuenciación de acentos fuertes y débiles). La métrica es la medida del ritmo y se expresa por medio de los compases.

El ritmo puede tomar dos formas distintas: ritmo binario y ritmo ternario. En el primer caso, las series en las que los tiempos marchan (acentuación) se da cada dos tiempos y en el segundo, cada tres tiempos. En estos casos, la barra de compás procede de forma automática, cuadrando los acentos con sus partes fuertes y débiles.

En la música occidental, los compases son binarios, ternarios o cuaternarios dependiendo de si la unidad básica del pulso reaparece en grupos de dos, tres o cuatro. Así, el compositor adjudica un determinado compás a cada obra musical.

Sin embargo, no es fácil determinar el compás de algunas obras si los acentos no siempre se suceden de manera equidistante.

C. Armonía

Estudia el modo en el que los sonidos se superponen para formar acordes. En el discurso musical, representa su parte vertical.

La armonía es el elemento musical regido por distintos mecanismos y leyes. Está relacionado con el nivel intelectual-volitivo de los seres humanos, ya que precisa del entendimiento y raciocinio. La armonía consiste en las relaciones de concomitancia de sonidos y los enlaces entre los sonidos en el transcurso del tiempo

Existen distintos tipos de acordes. En la armonía tradicional, la dada desde el barroco hasta el siglo XX, los acordes estaban formados por la superposición de terceras y se basaban en bloques sonoros de acordes tríadas (formados por tres sonidos) o cuatríadas (formados por cuatro sonidos).  A partir del siglo XX, aparecen acordes constituidos por la superposición de segundas o cuartas, así como otro tipo de acordes no empleados hasta entonces por considerarse disonantes, es decir, formados por sonidos desagradables e inapropiados para la expresión musical.

Este cambio en la concepción de los acordes de la armonía traslada la idea de la música para el disfrute y de características fundamentalmente hedonistas a la idea de música que discurre paralela a otros movimientos artísticos (fundamentalmente de las vanguardias).

Al cambiar el concepto de armonía, cambian también las relaciones de esta con la melodía, acuñando nuevos tipos melódicos. Se pasa de la dicotomía consonancia-disonancia a la dicotomía tensión-relajación, acorde activo-acorde pasivo, etc.

Otros parámetros musicales

Aunque la melodía, el ritmo y la armonía son los parámetros musicales más conocidos, existen muchos otros. Pasemos como colofón a definir alguno de ellos.

La textura musical es el modo en el que los parámetros sonoros se entrelazan para dar lugar a un tejido musical específico. Se tiene textura monofónica o polifónica según suene una melodía o varias a la vez y, dentro de la textura polifónica, textura homofónica o contrapuntística si todas las voces cantan en el mismo ritmo o existen ritmos distintos para cada voz.

Si una obra está compuesta por una sola célula rítmica o motivo rítmico se dice que presenta homorritmia. Si emplea varios motivos rítmicos simultáneamente, presenta polirritmia.

Una obra musical presenta polimetría si tiene diferentes tipos de compases a lo largo de la misma. Se pasa de un compás a otro o no se mantiene la simetría en los acentos. La polimetría es característica de la música del siglo XX y las vanguardias.

El timbre es la cualidad del sonido que permite distinguir unos sonidos de otros. Los armónicos del sonido definen el timbre de los instrumentos, mientras que la fundamental del sonido establece el tono.

Para acabar, el sintetizador es un instrumento musical electrónico capaz de crear sonidos que no pueden ser producidos por instrumentos convencionales. Esto es posible porque estos parámetros musicales son medibles y manejables hasta el punto de que es posible acceder a la estructura del sonido y variar las proporciones entre la fundamental y los armónicos.