El sensacionalismo y el clickbait para la sociedad en general vende, como se puede comprobar en los titulares de muchos y diversos medios digitales en los últimos años. Sin embargo, las noticias derivadas de papers científicos no suelen contener este tipo de características debido principalmente a que el proceso de publicación de estos es mucho más largo que el de una noticia al uso debido al sistema de revisión de pares, edición y corrección. Con los pre-prints, este proceso se acorta. Aunque surgen muchos beneficios de ello, también aparecen algunos inconvenientes.
Un pre-print, como su nombre indica, es un paper científico que aún no ha sido publicado en una revista científica, pero cuyo contenido ya ha sido publicado en Internet para que puedan leerlo otros científicos. Como ventajas de los pre-prints se obtiene la consecuente agilización de las publicaciones científicas y el poder hacer uso de esa información para las investigaciones derivadas de esos resultados.
El problema reside, principalmente, en que los datos y resultados del pre-print no han sido corregidos ni han pasado el visto bueno de otros científicos de la misma área. De esta forma, puede existir un pre-print publicado cuyos resultados sean erróneos y sirva de precedente a un estudio posterior usando, por tanto, unas bases científicas que no son correctas.
Este problema, sin embargo, ha sido solventado de forma más o menos satisfactoria por el mundo de la comunicación científica, ya que los científicos suelen tener la suficiente responsabilidad como para no tomar al pie de la letra las publicaciones en formato borrador y para indicar, si es el caso, que un pre-print publicado tiene errores de base. Esto mismo pudo comprobarse durante el tiempo de la pandemia en donde proliferaron los pre-prints que permitían agilizar el trabajo entre biológicos durante ese tiempo que vivimos. Además, se ha comprobado recientemente con otros muchos ejemplos, uno de ellos un pre-print que que indicaba que se había encontrado un superconductor.
La comunidad científica, a mi modo de ver, se ha adaptado correctamente a la publicación de pre-prints, el problema radica en que tanto los comunicadores de la ciencia como el público general no entienden tan bien el proceso de publicación de un paper científico.
Para la sociedad en general si algo está publicado y, además, viene de una persona con conocimiento científico sobre un tema del que a priori son expertos, se tiende a pensar que los datos y resultados publicados son correctos. Pero, al contrario de lo que la población general piensa, los científicos por construcción se equivocan, ya que la ciencia se realiza formulando nuevas hipótesis que contradicen teorías que anteriormente se daban como ciertas. La tecnología y las nuevas infraestructuras permiten ampliar el conocimiento científico y lo que ayer parecía un hecho probado, quizá mañana se contradiga absolutamente (obviamente, no todas las disciplinas científicas funcionan igual y esto no es un hecho universal, pero si es la manera general de hacer ciencia y como la historia de la ciencia avanza a lo largo de los años).
Además, sumado a todo esto, los científicos también cometen errores al realizar su trabajo (como todas las personas). Un pre-print es solamente eso, un trabajo en borrador al que aún le queda ser corregido y pasar el visto bueno por personas distintas expertas en esa área con visiones distintas a las de las personas que han realizado el estudio.
Sin embargo, en este mundo en el que reina la globalización y la inmediatez por conocer todo ya, la prepublicación puede ser un problema cuando se comete uno de estos errores y, en cuestión de minutos, puede propagarse una información completamente falsa tanto por los medios como por las redes sociales. Los científicos como comunidad sin son capaces de no dar todo por sentado y plantarse ante un resultado erróneo, pero el público general no tiene esa capacidad y, lo más importante, es tremendamente complicado corregir un dato falso en una cabeza humana cuando realmente no sabe cómo funciona la ciencia.
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